Creemos en los valores tradicionales y artesanales más auténticos, en una producción sostenible que respete el medio ambiente, y en productos que no solo duren más de una vida, sino que mejoren con el tiempo, y el cuero de curtición vegetal lo representa todo perfectamente.
Para producirlo se necesitan manos muy experimentadas, un auténtico trabajo artesanal que solo se transmite de generación en generación. Un proceso lento que puede llegar a durar hasta 2 meses, comparado con el curtido al cromo que acelera el proceso hasta reducirlo a 1 solo día, minimizando por tanto los costes de producción y muchas de las cualidades de la piel.
Debido a ello, menos de un 10% de las pieles que se producen se curten al vegetal. Así, es más difícil conseguir este tipo de piel, es más difícil trabajarla y por tanto, es mucho más cara.
Sin embargo, o gracias a eso, sus ventajas son incomparables. Las pieles poseen vida propia, respiran, pues sus poros no están cerrados, como las del cromo, y por tanto envejecen de una manera muy especial, mejorando con el tiempo, caramelizándose con una hermosa pátina que realza su rica belleza natural. Sus olores son clásicos, embriagadores y adictivos y sus colores son tonos ricos y cálidos, profundos y terrosos, que lucen completamente naturales.