Influidos por la maestría artesana heredada de los árabes, los artesanos de Ubrique llevan siglos trabajando la piel. De hecho, los primeros talleres datan del s. XVII.
Ubrique, en medio de un valle rodeado de imponentes montañas y a pocos kilómetros de Cádiz, es uno de los puntos neurálgicos de la artesanía del cuero a nivel mundial.
Allí, los artesanos empiezan a vivir la marroquinería desde su primer aliento, siendo un oficio que pasa de generación en generación.
Solo así son capaces de llegar a dominar las técnicas y sacarle todo el partido a un producto muy especial que hay que saber trabajar adecuadamente para poder obtener el mejor resultado.
Nosotros no podíamos ser menos. Porque queremos ofrecerte el mejor producto, hecho por algunas de las mejores manos del mundo, y con una atención exquisita por cada detalle.
